7 de agosto de 2019

Incendios en el Ártico: los mapas que muestran qué tan graves son y cuáles son sus causas

Redacción
BBC Mundo

Incendios incontrolados están arrasando partes del Ártico, con amplias regiones de Siberia, Alaska, Groenlandia y Canadá envueltas en llamas y humo.

Las imágenes satelitales muestran cómo columnas de humo de los incendios, muchos ocasionados por tormentas secas y tiempo cálido, se pueden ver desde el espacio.

Aunque los incendios son típicos en esta época del año, las altas temperaturas récord de este verano y vientos intensos han agravado particularmente la situación.

El fuego se encuentra ahora a «niveles sin precedentes», afirma Mark Parrington, un experto en incendios incontrolados del Servicio de Monitoreo Atmosférico Coperinicus (CAMS, por sus siglas en inglés).

¿Qué regiones están afectadas?
El este de Rusia y Alaska, tanto dentro como fuera del círculo polar ártico, han quedado particularmente afectadas.

La Agencia Forestal Federal de Rusia informa que más de 2,7 millones de hectáreas de bosques remotos están actualmente en llamas a lo largo de seis regiones siberianas y del este del país.

Sin embargo, la organización ambientalista Greenpeace Rusia asegura que hasta 3,3 millones de hectáreas están incendiándose, un área más extensa que Bélgica.

El esmog ha resultado en que varias regiones declaren estado de emergencia y el humo se ha esparcido a las principales ciudades como Novosibirsk, bloqueando el sol y provocando dificultades para respirar.

El humo de los incendios siberianos se ha extendido hasta Alaska y partes de la costa occidental de Canadá.

En Alaska, dese el 31 de julio, 105 grandes incendios han quemado más de 700.000 hectáreas.

La mayoría de las llamaradas fueron causadas por rayos, según el Centro de Coordinación de Agencias de Alaska.

Groenlandia también le hace frente a un incendio en Qeqqata Kommunia, cerca del sendero del círculo polar ártico, que es popular con excursionistas.

La región atraviesa una ola de calor, lo que significa que el hielo marítimo se ha estado derritiendo a un ritmo rápido.

La región ártica de Canadá también está sufriendo.

Un amplio incendio incontrolado en los Territorios Noroccidentales, dentro del círculo polar ártico, ha quemado por lo menos 45.000 hectáreas, según la agencia de Recursos Naturales y Medio Ambiente de los Territorios Noroccidentales, aunque se cree que el área afectada es mayor.

¿Cuál ha sido el impacto?

Los incendios incontrolados no sólo han afectado la superficie. Están expulsando contaminantes dañinos y gases tóxicos a la atmósfera.

El humo espeso es visible en las imágenes satelitales y se destacan de entre las nubes comunes y corrientes a través de vastas áreas de Ártico.

La NASA ha rastreado los megatones de partículas dañinas en ese humo y hacia donde se han dirigido.

Las imágenes satelitales abajo a la izquierda señalan los incendios como puntos rojos. El globo a la derecha muestra la concentración de partículas de carbón negro -u hollín- expulsado al aire por los incendios.
Este hollín puede ser dañino para humanos y animales cuando penetra en los pulmones y el torrente sanguíneo.

También tiene consecuencias para el calentamiento global. Los científicos de la NASA indican que el hollín absorbe la luz solar y calienta la atmósfera.

Si cae sobre el hielo o la nieve, reduce la capacidad de reflejar el calor y termina atrapándolo, acelerando el proceso de derretimiento.
Los incendios también contribuyen a exacerbar la crisis climática al despedir dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

Se estima que estos emitieron 100 megatones de CO2 entre el 1 de junio y 21 de julio, casi el equivalente a la generación total de carbono de Bélgica en 2017, según CAMS.

¿Que tan inusual es esto?
Aunque los incendios incontrolados son comunes en el hemisferio norte entre mayo y octubre, la localización y la intensidad de estos, así como el tiempo que llevan ardiendo ha sido particularmente raro, dice CAMS.

«Es poco usual ver incendios de esta escala y duración en latitudes tan altas en junio», explicó Mark Parrington de CAMS.

«Pero las temperaturas en el Ártico se han ido incrementando a un ritmo mucho más rápido que el promedio global, y las condiciones más cálidas alientan a las llamas a crecer y persistir una vez encendidas».

Un suelo extremadamente seco y temperaturas más calientes que el promedio, combinado con la chispa de los rayos de tormentas y vientos fuertes, han hecho que los incendios se propaguen agresivamente.

La quemazón ha sido sostenida por el suelo de los bosques, que consiste de turba expuesta, descongelada y seca, una sustancia con un alto contenido de carbón.

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