Descubierta una migración prehistórica en Asia

C. M. Muñoz
National Geographic
Numerosas migraciones y también plagas devastadoras se han desencadenado a lo largo de los milenios en el noreste de Asia. Esa es la base de un estudio arqueogenético internacional publicado en la revista Science Advances y dirigido por el departamento de Arqueología y Estudios Clásicos de la Universidad de Estocolmo. Este estudio ha analizado los datos genómicos de los restos de cuarenta individuos excavados en la región, concretamente en las inmediaciones del lago Baikal, al sur de Siberia. «Llama la atención que aquí encontremos de todo, tanto continuidad habitacional como migraciones recurrentes, además de bacterias relacionadas con enfermedades bien conocidas», explica Anders Götherström, profesor del Centro de Paleogenética de la Universidad de Estocolmo y uno de los autores principales del estudio.
Los científicos han descubierto que en el pasado hubo eventos demográficos comunes para toda la región del lago Baikal. Por ejemplo, se ha documentado un flujo migratorio que tuvo lugar hace alrededor de 8.300 años tanto al este como al oeste de este lago siberiano. Pero también hubo acontecimientos específicos en cada una de las dos áreas. Mientras que las zonas situadas al oeste del lago Baikal proporcionan evidencias claras de migraciones recurrentes y una intensa movilidad de personas, las áreas ubicadas al este conservaron una continuidad habitacional a largo plazo durante miles de años, aparentemente con una movilidad limitada desde otras áreas. «Es intrigante que nuestros datos revelen patrones complejos y contrastados de cambios demográficos en una de las regiones menos pobladas del mundo, incluido un flujo de genes notable, y al mismo tiempo una continuidad genética sin cambios demográficos importantes en las dos áreas alrededor del lago Baikal», comenta otro de los autores del estudio, Gulsah Merve Kilinc, exinvestigador posdoctoral en el departamento de Arqueología y Estudios Clásicos de la Universidad de Estocolmo y actualmente profesor en el departamento de Bioinformática de la Universidad Hacettepe en Ankara (Turquía).
Las zonas al oeste del lago Baikal proporcionan evidencias claras de migraciones recurrentes. Las áreas ubicadas al este conservaron una continuidad habitacional durante miles de años.
Este estudio también ha ofrecido algunas nuevas pistas sobre la historia de los grupos paleoesquimales que habitaban en el norte de Groenlandia y Canadá. Si bien se sospechaba que la llamada cultura Belkachi (llamada así por el asentamiento de Belkachi, en la república rusa de Yakutia), que ocupó zonas del lago Baikal, jugó un importante papel en la historia temprana de los pueblos paleoesquimales, todavía no ha sido posible evaluar este hecho con detalle. Los análisis de los restos de un individuo asociado con esta cultura, que tienen más de 6.000 años, muestran relación con un individuo paleoesquimal descubierto en Saqqaq (Groenlandia), y que vivió hace unos 4.000 años. «Esta es la primera evidencia genética de un vínculo entre un grupo humano del período Neolítico en la región de Yakutia y los grupos paleoesquimales posteriores. Esto inspirará nuevas investigaciones sobre el desarrollo demográfico», afirma Jan Storå, profesor del Laboratorio de Investigación Osteoarqueológica en el departamento de Arqueología y Estudios Clásicos de la Universidad de Estocolmo.
Finalmente,el estudio ha proporcionado asimismo nuevos datos sobre el desarrollo de las cepas más orientales de la bacteria Yersinia pestis, la causante de la temible peste, la plaga que destruyó comunidades enteras en todo el mundo durante milenios. Un individuo que vivió en la cuenca del río Lena, en Yakutia, hace 3.800 años, y que fue enterrado con otros individuos cuyo análisis genético demostró que eran parientes cercanos, portaba ADN de esta peligrosa bacteria. Asimismo, otro hombre que vivió hace 4.400 años al oeste del lago Baikal también era portador de la Yersinia pestis.
Además, y curiosamente, la población establecida al oeste del lago parece haber disminuido precisamente hace unos 4.400 años, a juzgar por los datos genómicos obtenidos. «A pesar de la necesidad de conseguir más datos, nuestro descubrimiento de la disminución del tamaño efectivo de la población, que coincidió con la aparición de la bacteria Yersinia pestis, apunta a la posible presencia de una plaga prehistórica, posiblemente una pandemia. Sin embargo, necesitaremos más análisis para confirmar este extremo», concluye Emrah Kirdök, exinvestigadora posdoctoral en el Departamento de Arqueología y Estudios Clásicos de la Universidad de Estocolmo y actualmente profesora de la Universidad de Mersin en Turquía.