7 de marzo de 2022

Un estudio desvela cómo caminaban los dinosaurios saurópodos

Abel G.M.
National Geographic

Los saurópodos, conocidos popularmente como “dinosaurios de cuello largo”, son los animales más grandes y pesados que jamás han pisado la tierra. Con un peso de varias decenas de toneladas, una pregunta importante es cómo caminaban sin perder el equilibrio. Ahora, un estudio afirma haber dado con la respuesta analizando las pisadas de un saurópodo: caminaban moviendo simultáneamente la pierna delantera de un lado del cuerpo y la pierna trasera del lado opuesto, de forma similar a algunos animales modernos como los castores, los erizos o los hipopótamos.

Jens Lallensack y Peter Falkingham, de la Universidad John Moores de Liverpool, estudiaron tres caminos de pisadas hechas por el mismo saurópodo. Primero individuaron las pisadas correspondientes a cada una de las cuatro extremidades y midieron las distancias entre ellas; a partir de estos datos, calcularon las fases de movimiento de las extremidades, es decir, en qué posición estaría cada una en cada momento de la acción de andar. El resultado es que las piernas se movían en sincronía diagonal, es decir, que la pierna delantera derecha se movía al mismo tiempo que la pierna trasera izquierda y viceversa, tal y como se puede ver en el siguiente vídeo:

¿A qué animal actual se parecería su movimiento?
Anteriormente, los paleontólogos habían trabajado con otros dos modelos. En el primero, las patas de un mismo lado se movían sincronizadas, de la misma forma que hacen las jirafas; sin embargo, esta hipótesis resultaba inconsistente: debido al enorme peso de los saurópodos, habría sido muy fácil que perdieran el equilibrio y cayeran, algo que les podría haber causado lesiones fatales. El segundo modelo suponía que movían las patas una a una mientras las otras tres permanecían en el suelo, como hacen los elefantes; pero este modelo habría limitado su velocidad de desplazamiento.

La pregunta que aún permanece sin respuesta es si este modo de desplazarse era común a otros grupos de dinosaurios e incluso a todos los saurópodos. Puesto que estos variaban mucho en tamaño y proporciones – por ejemplo, en algunas especies el cuello podía suponer la mitad de la longitud total –, los paleontólogos creen que es lógico pensar que su manera de moverse también fuera distinta. Sin embargo, el hecho de que por primera vez se haya podido reconstruir el movimiento de un dinosaurio abre la puerta a hacer lo mismo con otras especies.

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