Los faisanes enfrían su cabeza cuando pelean
Hector Rodriguez
National Geographic
Si la naturaleza puede resultarnos extraña, en ocasiones más extraños pueden ser algunos estudios dedicados a entenderla. Es el caso del último trabajo publicado en la revista Philosophical Transactions de la Royal Society.
Titulado «Hot-headed peckers: thermographic changes during aggression among juvenile pheasants (Phasianus colchicus), dicho estudio se centra en los cambios de temperatura corporal de los faisanes ¿Para qué? Puede que no lo sepamos en un futuro próximo, pero el caso es que el equipo de investigadores de la Universidad de Exeter ha descubierto que las cabezas de los faisanes se enfrían rápidamente mientras se preparan para pelear y acto seguido se calientan.
Todo comenzó cuando el equipo decidió instalar cámaras térmicas para observar a un grupo de faisanes juveniles y ver cómo cambiaba su temperatura durante las interacciones agresivas que se establecen en aras de conseguir un puesto en la jerarquía. Así, los científicos descubrieron que ambos faisanes implicados en una pelea, tanto el instigador como el receptor de la agresión, presentaron una disminución de la temperatura de su cabeza debido a una respuesta al estrés en la que la sangre se precipita hacia el centro del cuerpo.
«Nos sorprendió que ambos individuos en estos encuentros agresivos siguieran un patrón similar de enfriamiento y calentamiento», explica el doctor Tim Fawcett, de la Universidad de Exeter. «Esperábamos que la pelea fuera más estresante para el faisán receptor de la agresión y que la respuesta fuera más fuerte en ellos, pero fue similar en ambos casos», continúa. «Todavía no podemos decir con certeza qué causa este patrón, pero podría ser que mantener un lugar en la parte superior del orden jerárquico sea tan estresante como estar en la parte inferior», añade Fawcett.
«Las cámaras térmicas brindan una oportunidad única para medir de forma no invasiva los cambios dinámicos de temperatura en el estado fisiológico durante un corto período de tiempo», añade por su parte el doctor Mark Whiteside, de la Universidad de Plymouth. «Usando esta técnica, pudimos medir las respuestas a las interacciones agresivas en entornos seminaturales y en tiempo real», añade el investigador, quien justifica que los cambios en el flujo sanguíneo son una parte importante de la respuesta al estrés en múltiples especies animales en una variedad de situaciones diferentes.
Los faisanes del estudio tenían seis o siete semanas de edad. Estaban cautivos en ese momento, pero luego fueron liberados en la naturaleza. El artículo llega 100 años después de que el zoólogo noruego Thorleif Schjelderup-Ebbe acuñara el término «orden jerárquico» en su tesis doctoral sobre los pollos.