¿Qué dice tu rostro de tu edad? Esta IA lo adivina con solo mirarte
CONNIE CHANG
NATIONAL GEOGRAPHIC
Una imagen vale más que 1000 palabras. Pero cuando esa imagen proviene de un escaneo 3D de alta precisión del rostro, también puede valer más que mil análisis de sangre. Y es que esas mejillas llenas y esas bolsas bajo los ojos no son sólo antiestéticas señales de la edad, sino también un reflejo de nuestra salud.
Los científicos saben desde hace décadas que la edad cronológica (el número que figura en nuestro documento de identidad) no lo dice todo. Nuestra llamada edad biológica, en la que influyen desde el entorno hasta la dieta y los hábitos de ejercicio, refleja la salud de nuestras células y órganos, y puede diferir en años de la edad cronológica. Pero a diferencia del tiempo que llevamos vivos, la edad biológica es más difícil de precisar. Ahora, Jing-Dong (Jackie) Han y sus colegas han desarrollado un proceso basado en IA, denominado reloj de envejecimiento facial, que toma una imagen en 3D de la cara de una persona y calcula su edad biológica.
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El rostro de una mujer envejece de los 20 años (izquierda) a los 65 (derecha), según las predicciones del modelo de Han. Las investigaciones de Han indican que el envejecimiento facial acelerado es un indicador de inflamación sistémica y está asociado a diversos problemas de salud, como colesterol alto, hipertensión y otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Este sistema se está utilizando en clínicas de China para evaluar la salud de los pacientes.
FOTOGRAFÍA DE IMAGE BY JING-DONG JACKIE HAN PEKING UNIVERSITY
Inspirándose en una práctica centenaria china en la que los médicos adivinan la salud de una persona «leyendo» su rostro, Han, bióloga computacional de la Universidad de Pekín, y su equipo construyeron su reloj analizando imágenes faciales en 3D de unos 5000 residentes de Jidong.
Los investigadores crearon dos relojes derivados de la IA: uno que calcula la edad cronológica y otro que calcula la edad biológica. Estos relojes de envejecimiento facial registran los cambios que experimentan nuestros rostros con el paso del tiempo: las comisuras de los ojos se caen, la nariz se ensancha, la papada se hunde y aumenta la distancia entre la nariz y la boca. Y se sabe que ciertas características faciales se alinean con determinadas dolencias. La inflamación sistémica, por ejemplo, se manifiesta en la flacidez de la piel.
Según Andre Esteva, fundador y director ejecutivo de una start-up de inteligencia artificial médica de Los Altos (California; Estados Unidos), el trabajo de Han puede dar un vuelco a la medicina preventiva: «Si pudieras hacerte una foto y recuperar tu edad biológica, eso sí que podría influir en tu estilo de vida». Con esta herramienta, los médicos también podrían hacer un seguimiento y gestionar el cuidado de los pacientes sometidos a tratamientos onerosos conocidos por envejecer prematuramente a las personas, como la quimioterapia. Y también tiene potencial para ayudar a la investigación sobre el envejecimiento.
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«Hemos recibido muchas peticiones de empresas que quieren que [nuestra herramienta] evalúe la eficacia de sus suplementos o medicamentos antienvejecimiento», afirma Han.
Los modelos de IA necesitan ejemplos en los que ya se conozca la respuesta correcta, o la «verdad básica», para aprender a verla en casos nuevos, por ejemplo, un rostro emparejado con la edad del sujeto. Así surgió un posible escollo: no existe un patrón oro para la edad biológica.
«El concepto de edad biológica es más bien un término general que engloba todos los aspectos multisistémicos que se producen con la edad», explica Christopher Bell, quien estudia la relación entre la edad y las enfermedades crónicas en la Universidad de Londres (Reino Unido). Desde el acortamiento de los telómeros (los capuchones que impiden la degradación de los cromosomas) hasta el debilitamiento del sistema inmunitario, pasando por la reducción de las mitocondrias, es difícil elegir un único marcador del envejecimiento.
Los primeros relojes para medir el envejecimiento se basaban en los cambios en los patrones de los grupos metilo (etiquetas químicas añadidas al ADN que activan y desactivan los genes). Esta maquinaria de metilación del ADN que regula la actividad de los genes se deteriora con el tiempo. El patrón de este deterioro (qué áreas del genoma se ven afectadas) puede indicarnos a qué ritmo envejecen nuestras células y tejidos. Otros relojes que evalúan la edad se basan en la distribución de proteínas en la sangre o en el número de veces que se han dividido las células madre.