Este viernes 4 de julio, a las 6:30 de la mañana, falleció Julio Moya Espinoza, una de las grandes leyendas del béisbol nacional, a los 69 años de edad. Originario de León, Moya será recordado como uno de los mejores lanzadores de Nicaragua en la década de los 80, destacándose tanto en el país como en el extranjero.
Entre sus logros más destacados están la Triple Corona de Pitcheo en 1984, ser el artífice de la única victoria de Nicaragua en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, y el único lanzador en la historia nacional en lograr cuatro triunfos en una Copa Mundial de Béisbol. Además, fue el primer pitcher nicaragüense en vencer a Japón en un evento internacional, informó una nota oficial..

El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional envió sus condolencias y muestras de cariño a sus hijos Yamil, Karel y Karen, quienes estuvieron acompañándolo hasta su último momento.
Sus récords inolvidables
Julio Moya participó en 130 juegos como lanzador entre 1976 y 1987, de los cuales inició 100 y relevó 30. Acumuló 66 victorias, 31 derrotas y un impresionante promedio de efectividad de 2.06, permitiendo solo 184 carreras limpias en 805 entradas lanzadas y logrando 499 ponches.

Con la Selección Nacional, sumó 13 victorias y 7 derrotas entre 1978 y 1984, con un promedio de efectividad de 2.72 en 149 innings lanzados, permitiendo solo 45 carreras limpias.
Fue el único lanzador nicaragüense en lograr cuatro triunfos en una Copa Mundial de Béisbol. Un dato que impresiona es su récord de 365 innings sin permitir jonrón en toda su carrera, una marca que lo distingue entre los grandes del deporte nacional.
Medallas, hazañas y el Salón de la Fama…
En 1983, Julio Moya ganó la medalla de plata en los Juegos Panamericanos y fue campeón de pitcheo en juegos ganados, con 21 victorias, solo 3 derrotas, una efectividad de 1.85 y 11 triunfos consecutivos.

En 1984, logró el quinto lugar en el Mundial de Béisbol y se llevó la Triple Corona de Pitcheo con 12 juegos ganados, 95 ponchados y una efectividad de 0.14.
Moya también lanzó 93.1 entradas sin permitir carreras limpias y 34.1 entradas sin permitir carreras de ningún tipo. En 2003, fue incluido en el Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense, sellando así su legado como uno de los más grandes del béisbol nacional.

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